Proponemos tomar consciencia de tu rol en los conflictos, laborales y personales.
El psicólogo Steve Karpman señala que todos los dramas humanos se generan por ser parte de juegos donde los involucrados van asumiendo e intercambiando tres roles básicos:
Provocador / Agresor
- Manipula con miedo.
- Se siente valioso cuando le temen y reaccionan a sus provocaciones.
- Elabora reglas poco prácticas y exige que se cumplan.
- Atormenta a personas débiles.
- Desde lo más primitivo, ante un peligro inminente: Reacción de Ataque
Rescatador / Héroe y Heroína
- Manipula con soborno.
- Se siente valioso cuando los demás establecen vínculos de dependencia con ellos.
- Actúa por el otro, con el mensaje oculto “No puedes lograrlo sin mi ayuda”, por lo tanto sostiene y alimenta el papel de víctima en el otro.
- Se cree capaz de resolver problemas ajenos, evita que los demás se conecten con las consecuencias de sus acciones.
- Desde lo más primitivo, ante un peligro inminente: Reacción de Huída
Víctima
- Manipula con culpa.
- Se siente valioso cuando lo persiguen o lo salvan.
- Provocan a otros para que los humillen, critiquen o hieran.
- Envían mensajes de estar indefensos y desconcertados.
- Desde lo más primitivo, ante un peligro inminente: Reacción de Sometimiento / Inmobilidad
Cuando hay disparidad (uno se cree mejor o peor que el otro) se tiende a invertir esa relación. Por ejemplo, la mujer adinerada que le gusta actuar como Salvadora, y regala su ropa vieja a la empleada doméstica y se cree generosa por eso. Y quien recibe como un “pobrecito” va acumulando resentimiento y en algún momento sale a la revancha: la empleada hace una demanda de indemnización y miente ante el juez para recibir más dinero. Allí la situación se revierte: la empleada es el perseguidor y la mujer adinerada pasa a ser víctima y exclama “yo que fui tan buena con vos, ¡ahora me haces esto!”.
Estando dentro del triángulo no hay posibilidad de aprendizaje. Cuando estoy en los dos vértices de arriba, soy superior a los demás, y por lo tanto, no tengo nada para aprender de otros: “los errores son de los demás”. Cuando estoy en el vértice inferior, me siento tan enceguecido por “EL error” que cometí o que otros cometieron sobre mí, que tampoco puedo escuchar y aprender.
¿Cómo salir?
- Ver la película y no sólo las fotos aisladas, reconociendo la propia parte en el juego y ocupando un nuevo lugar: no soy menos ni más que el otro, soy distinto.
- Hacer el duelo y conectarse con el amor incondicional, renunciando a viejos hábitos y decidiendo estar en el aquí y ahora.
- Reemplazar la agresividad por asertividad, el rescate del otro por empatía, la víctima por el reconocimiento responsable de nuestra vulnerabilidad.
Ejercicio individual
- Identificar una historia, donde hayas expresado: “Pobre de mí” (y otras expresiones que expresen un sentimiento de inferioridad); “No puedo entender cómo no haces esto que estoy diciendo que es bueno para vos” (y cualquier tipo de comentarios dichos desde un lugar de superioridad); “Sos un perfecto idiota” (y cualquier tipo de agresiones)
- Revisar la historia, ver la secuencia de hechos y dichos. Cómo fui moviéndome en los diferentes roles. Por ejemplo: Primero aconsejé creyendo que yo tenía la gran solución para el otro (Rol Rescatador), luego me enojé porque no me hizo caso (Rol Agresor) y finalmente me entristecí por no lograr lo que quería (Rol de Víctima).
- Compartir lo descubierto con otro ser humano, que también quiera resolver conflictos y mejorar sus relaciones humanas.
- Reconocer en el momento que estoy haciendo o diciendo algo, si saco mi comportamiento desde alguno de estos roles, o no.
Dinámica grupal
En un grupo, clase, o equipo de trabajo:
- Leer el texto.
- El facilitador, o alguien que ya lo tenga preparado, cuente a todos una historia para inspirar, en primera persona, algo real, donde uno reconozca haber pasado por dos o tres de los roles. Ej. “En mis primeros trabajos, yo hacía el trabajo de varias personas, sacaba las papas del fuego, y era el único que podía responder algunas cuestiones (actitud salvador). Terminaba el día muy cansado, estresado, contracturado, no me podía enfermar sin que me llamaran a mi casa para preguntarme cosas y no me pagaban lo que merecía (actitud víctima). Cada tanto estallaba de agotamiento y frustración, y les decía que me tenían cansado con sus demandas y que iba a renunciar (actitud provocador).”
- Luego, se juntan de a pares, que elijan a quien quieran, alguien con quien tengan confianza. Cuente uno la historia, luego el otro.
- Luego el facilitador pida algo así “levante la mano quien considera que el otro fue realmente honesto, se hizo cargo de pasar por lo menos por dos de estos roles”. Si alguien no levanta la mano, dá más tiempo. A los que levantaron la mano, les propone en ese tiempo contar alguna historia más.
- Luego todos juntos: “¿Qué aprendimos de nosotros mismos? ¿Qué aprendimos con este concepto? ¿En qué circunstancias lo puedo usar y cómo?”
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La idea es que puedan hacer estos trabajos en su casa, y trasladarlos a su vida en particular. En este curso no hay exámenes, sólo actividades para que ustedes puedan entrenar su inteligencia emocional. Si quieren consultar o proponer cosas acerca de esta actividad deben responder dentro de esta discusión.
